lunes, 7 de febrero de 2011

Pluma Invitada


Eficacia Semiótica Subliminal

por Carlos Arias
Imagine que un volkswagen sedán entra un sábado en el ghetto judío ortodoxo de Jerusalén con la svástica nazi grabada en las puertas... ¿Sabía usted que en el budismo se usa en posición horizontal y no a 45 grados? ¿O que también se usa en el hinduismo? ¿O que según sea en sentido horario o antihorario es llamada tambien "sauvástica"? Un dato histórico: El suelo de la sinagoga de Engedi, construido durante la Judea romana, se decoró con un mosaico repleto con un motivo: la Esvástica Sin importar lo anterior, seguramente el carro será apedreado... Indudablemente, las imágenes transmiten, como símbolos, una multiplicidad de significados, los cuales, a diferencia de las señales, de significado único y claro, hacen referencia a vivencias vinculadas con sentimientos, hacéndolos aflorar, generando identificación y sentido de pertenencia o sentido de rechazo, cuando son conocidos. Cuando los símbolos no son conocidos, pueden pasar inadvertidos o despertar simple curiosidad. La ventaja semiótica de este tipo de comunicación es que el símbolo se va cargando de significados, por asociación mientras la relación con las vivencias asociadas con la organización va depositando aprendizajes significativos y experiencias en el conciente del individuo, así como en el inconsciente. Generalmente la necesidad de pertenencia clasificada por Abraham Maslow suele satisfacerse cuando la persona siente que pertenece a una comunidad u organizacion. Lo característico de las comunidades es tener como elemento de cohesión un signo de identidad, haya o no metas, propósitos o roles. Este elemento de identidad puede ser un logo, un lema, contraseña, carnet de identificación, uniforme, etc. La marca, ese carácter, empezará a cobrar significado y a reaviviar el cúmulo de experiencias que se le asocien.
Algunos símbolos pueden ser sencillos, como una cruz, un pentagrama, una estrella de cinco o seis picos, o como los usados por las marcas de vehículos automotrices. Esta simbología es eficaz, y se usa desde la antigüedad. De allí nacen y evolucionan a lo largo de la historia hasta llegar a los símbolos heráldicos y esotéricos, con cuyos significados y leyes de interpretación "reservados" hacen de una imagen un compendio de conocimientos , los escudos de países y ciudades, los ostentados por casas nobiliarias o aquellos que encontramos diariamente en billetes, banderas, equipos deportivos, colores institucionales, rangos y condecoraciones militares, eclesiásticas, sacerdotales, y en marcas comerciales.  La cuestión subliminal no se reduce, como nos hacen pensar en algunas ocasiones, en imágenes intercaladas en algunos cuadros de una película. Sino que realmente algunos de estos símbolos, ya sea en su totalidad o alguno de los elementos formativos, remiten a sensasiones, recuerdos, o diversos significados que "sugieren", aún por asociación, el significado "probable" (según nuestra percepción) de los "colores" ideológicos... Si para una persona un pentagrama invertido (con el pico central hacia abajo o hacia el sur) significa un conjuro para invocar al diablo, porque así lo vio en el "Maleficus Maleficarum" o leyó sobre "Baphomet" y "Anton Szandor LaVey", evidentemente impregnará del mismo sentimiento todo lo que se relacione con dicho logotipo, incluida la empresa y sus empleados, directivos y productos. Por el contrario, quien contemple el mismo signo, a la luz de lo que vio en la serie "Supernatural" pensará que es exactamente lo contrario, no un conjuro de invocación satánica sino un signo de protección contra el mismo. Esto ocurre como evidencían, por ejemplo, los comentarios de personas que han confundido o interpretado la cruz de la sede papal del Vaticano. Para unos, es una cruz invertida que simboliza el puesto del "anticristo" y ven en el Papa un "diablo" y en el Vaticano la "Gran Babilionia"; por el contrario, quienes identifican esa cruz invertida con la posición en la que fue crucificado San Pedro Apóstol, solamente ven en el Papa al sucesor de la Piedra de la Iglesia. De igual manera, el conocido "pescadito", para unos significa ser cristiano pero no "católico". Pero para otros, el anagrama o acróstico "Icthis" que en griego significa pez, tiene significados simbólicos contrarios:
Jesus - I h s o u V
Christ - C r i s t o V
God's - Q e o u
Son - U i o V
Saviour - S w t h r
Jesús Cristo, Dios Hijo (o Hijo de Dios) Salvador. Lo cual para algunos significa no meramente la filiación de Jesús como uno más de los hijos de Dios, sino que la interpretación "Dios Hijo" implicaría la fe en la "Santísima Trinidad" (Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo". Por lo cual, no sería realmente un símbolo de identidad de alguna secta cristiana, sino de la fe "original" del cristianismo.
"..la referencia escrita más antigua del símbolo del pez es de Clemente de Alejandría, nacido alrededor del 150, quien recomienda a sus lectores (Paedagogus, III, xi) el grabar sus sellos con una paloma o un pez. Clemente no consideró necesario dar una explicación para esta recomendación, por lo que podemos con toda seguridad concluir que el significado de ambos símbolos era conocido. De hecho, por algunos monumentos sabemos que el símbolo del pez era conocido para los cristianos mucho antes que el famoso alejandrino naciera. En monumentos romanos tales como la Capella Greca y las Capillas del Sacramento de la catacumba de San Calixto, el pez era utilizado como un símbolo en las primeras décadas del siglo segundo." MAURICE M. HASSETT, Transcrito por Mary y Joseph P. Thomas, Traducido por Carlos Abraham Rodríguez.
Mas allá del significado "real" estudiado, sustentado o probado, para el común de las personas la reacción suele ser a priori, lo que implica que el sentimiento precede a una reflexión... (para el común la investigación ni si quiera ocurre). He ahí que antes de que la persona reflexione o investigue el significado simbólico, ya experimenta una sensación, una actitud y una postura... un "preconcepto" y una predisposición. No resulta extraño ni raro comprobar que muchas empresas, organizaciones, partidos políticos y comunidades estudian los logos distintivos, de identidad, de sus marcas o de sus productos antes de publicitarlos, lanzarlos al mercado, iniciar propaganda o campaña para evaluar la reacción positiva o negativa que repercutirá en las ventas, en la imagen empresarial o política, el impacto social, la aceptación o rechazo, y en suma, en el efecto que los símbolos acarrearán sobre la predisposición de la gente hacia el concepto y sentimiento hacia la empresa, por lo que muchos tratan de elegir un símbolo "neutro" que sirva de papel en blanco para empezar a escribir el significado de la organización, con una cuidada selección de colores...

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